Para finalizar los cinco días de celebraciones antes de la clausura musical, el 14 de agosto se celebró el Rodeo Centenario en el Museo Menonita, presentando distintas actividades para los 4.000 visitantes con botas y sombreros vaqueros que acudieron a disfrutar del espectáculo.
El rodeo comenzó con la inauguración. Decenas de vaqueros y vaqueras montados en caballo salieron a la arena, ofreciendo un espectáculo único y presentando tres banderas: la mexicana, la estadounidense y la canadiense.
Antes de comenzar las actividades, se inclinaron las cabezas mientras se escuchaba una oración, mostrando agradecimiento y pidiendo por la seguridad de todos los vaqueros y vaqueras.
Siguió un show aéreo, donde un avión pasó por encima de la multitud emocionada, ofreciendo un espectáculo de giros y vueltas que eran impresionantes de ver en el cielo.
Después del cautivante show aéreo, comenzó la primera actividad de lazo por equipos. Esta actividad consiste en lazar un becerro por equipo: dos vaqueros trabajan juntos para atar a un becerro por los cuernos y las patas traseras hasta que éste cae al suelo. Mario González y Mingo Jaquez se llevaron la victoria.
Como acto siguiente, comenzó el lazo de becerro. Después de dar ventaja al becerro, el jinete y el caballo lo persiguen. El concursante ata al becerro, luego desmonta y corre hacia el animal. Tras atraparlo y flanquearlo, el vaquero ata tres patas con una cuerda. En este evento, el ganador fue Miguel Valenzuela.
Uno de las actividades más destacadas del rodeo fueron las barrileras. En las carreras de barril, la concursante y su caballo entran a la arena a toda velocidad. La competidora rodea tres barriles y vuelve a salir a toda velocidad, y el tiempo más rápido es el que da la victoria. Michelle Loewen ganó la carrera.
Tras terminar las carreras de barril, se repitió el lazo individual, pero con chivos en lugar de becerros. Niñas y niños participaron en esta actividad, llevándose la victoria Alejandra Sánchez.
Por último, tuvo lugar el gran acontecimiento: la monta de toros. Los toros bravos brincaron violentamente mientras los jinetes intentaban permanecer montados durante al menos ocho segundos, lo que les permitía obtener una puntuación de hasta 100. Jinetes de Chihuahua, Coahuila e incluso de Estados Unidos se presentaron para mostrar sus habilidades y complacer al público. Luis Potro, oriundo de Coahuila, se llevó el mejor puntaje.
Durante todo el evento, los payasos de rodeo entretuvieron al público con juegos, regalos y anécdotas. Su trabajo consiste en entretener, pero también en proteger a los vaqueros y vaqueras para que no se hagan daño en la arena, ganándose el título de valientes cuidadores.
Entre papas preparadas, algodón de azúcar, semillas de girasol y clamatos preparados, el público vio con regocijo cómo el rodeo llegaba a su fin, dejando atrás recuerdos inolvidables.
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